Nuevo presidente, pero no nueva política

Foto: "Livet er en kamp" står skrevet på fargerik bil.

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​En enero de 2017 Jovenel Moises fue proclamado presidente de la República de Haití después de que el tribunal electoral ratificara su victoria en la primera vuelta de las elecciones de noviembre de 2016. Las denuncias de fraude impulsadas por casi la totalidad de los candidatos opositores ocuparon el centro de la escena política. Moises sucederá al presidente provisional Jocelerme Privert.

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Resulta difícil imaginar la asunción del nuevo gobierno  sin registrar un aumento en la conflictividad social y política del país. Ninguno de los candidatos opositores reconoce a Moises como presidente y muchos mantienen  un fuerte aparato político-financiero con capacidad de generar manifestaciones masivas e inestabilidad institucional. 

Así ganó Moises 

La Oficina de Litigio Electoral Nacional (BCEN) exáminó  12% de las actas de votos y determinó la invalidez de las denuncias de fraude en  las elecciones presidenciales de noviembre de 2016 . De este modo, el candidato del partido oficialista PHTK  Jovenel Moises, se consagró presidente con el 55% de los votos; seguido de Jude Celestin (LAPEH) con 19,56%,  Moise Jean Charles (Pitit Dessalines) con 11,04% y Marysse Narcisse (Lavalas) con 9,01%. 

Algunos puntos que explicarían la victoria de Moises:

• La bajísima participación electoral (que rondó el 21%), estimulada por  irregularidades en el funcionamiento de entidades estatales. Por ejemplo, un previo a las elecciones, la Oficina Nacional de Identidad (ONI), controlada por funcionarios de PHTK, decidió renovar los documentos de identidad de los votantes, lo que generó confusión al momento de determinar qué documento era válido para ejercer el sufragio y, en consecuencia, quiénes estaban habilitados a hacerlo.

• La efectiva implementación de un discurso mediático que asoció al  partido Lavalas con la inestabilidad del país. Los orígenes de los tres principales candidatos opositores (Marysse Narcisse, Jude Celestin y Moises Jean Charles) guardaba  vínculo con Lavalas. Además, el control del gobierno sobre medios de comunicación masivos instaló en el sentido común la representación  de todo acto de movilización y/o protesta como complot contra el país. Asimismo, en los medios de comunicación se construyó a Jovenel Moises como la imagen predilecta del “desarrollo y el emprendimiento”.

• El apoyo irrestricto del sector empresarial, donde se destacó, por ejemplo, la empresa telefónica DIGICEL, quien facilitó teléfonos celulares a la campaña de Moises. Ningún otro candidato contó con dicha herramienta logística. 

• El apoyo de algunos partidos de izquierda, como OPL, que adhirieron  al discurso desarrollista de Moises y la centralidad del sector privado.

• La política asistencialista desarrollada desde el gobierno que incluyó compra de votos y dirigentes.

• El fallo de la justicia electoral extremadamente favorable a Moises, pese a denuncias fundadas de fraude electoral.  Los resultados provisorios de las elecciones de noviembre de 2016, sólo pudieron publicarse luego de extensísimas negociaciones, durante las cuales 3 miembros del Consejo Electoral Provisional (CPE) mantuvieron desacuerdos con el proceso y los resultados. 

Campaña electoral de Moïse

Las elecciones del 20 de Noviembre de 2016

Camille Chalmers, de la Plataforma Haitiana para el Desarrollo Alternativo (PAPDA), advertió sobre la colonización del aparato electoral. Chalmers señaló que la mayor parte del dinero invertido en los comicios provenía del extranjero (inclusive las boletas utilizadas fueron imprimidas en Dubai) y que las campañas de los partidos dependía, en gran medida, del  financiamiento externo vinculado a empresas trasnacionales y países del hemisferio norte. En ese sentido, Chalmers destacó que no se encontraba, entre los principales candidatos, un proyecto alternativo que priorice las necesidades del pueblo haitiano por sobre los intereses de la burguesía local y extranjera.  

Las elecciones presidenciales fueron pautadas originariamente para Octubre de 2016 pero las consecuencias desatadas por el huracán Mathew, obligaron a la reprogramación de los comicios. El 20 de Noviembre, con una abstención de 79 %, se desarrollaron las elecciones presindenciales  sin registrarse  mayores incidentes.  La misma noche el portavoz de Lavalas declaró que los votos habían beneficiado a la candidata de su partido candidata, Marisse Narcyse, y convocó a los correligionarios a estar en situación de alerta. Por su parte, horas más tarde representantes de PHTK declararon que Jovenel Moises sería el nuevo presidente de Haití.  

En Haití el recuento de votos es un proceso extremadamente lento. Transcurridos 3 días del acto electoral, partidos opositores  denunciaron irregularidades en el escrutinio. Lavalas llamó la atención sobre “la reubicación a último momento de los centros de votos, un corte de energía a nivel nacional, el incendio de una feria en Petion Ville y la intoxicación intencionada de varios periodistas que cubrían el proceso electoral”.  A su vez el portavoz del partido Lapeh (Jude Celestin) se refirió a un robo electoral organizado. 

También desde Verite afirmaron el desarrollo de un fraude y expresaron su preocupación por el manejo de las actas de votos, que resultan fundamentales al momento del recuento de votos. La demora de la llegada de las mismas  a los centros de escrutinio (algunas tardaron más de 48 horas) y el hallazgo, en Cabo Haitiano, de votos anónimos favoreciendo a candidatos participantes de la contienda; completaron un escenario por demás irregular. 

Por último, resta señalar que un  22% de las actas de votos fueron colocadas en “cuarentena”  por no contar con firmas ni huellas digitales de los votantes. Dicha información es crucial para  garantizar la autenticidad de los  sufragios.  


La política en torno al huracán Matthew 

Luego del paso del huracán Mattew en Octubre de 2016, se reprogramó el calendario electoral para, de esa manera, concentrar los esfuerzos en la atención a la población afectada, su reubicación y la reconstrucción de edificios públicos. En ese sentido, un gran número de  instituciones estatales se utilizaron como refugios para familias damnificadas por el temporal. La constitución haitiana dice expresamente que los edificios públicos deben ser los primeros en ofrecerse como abrigos provisorios frente a un desastre . La tragedia humanitaria fue utilizada por los candidatos en campaña que distribuyeron productos alimenticios en territorios afectados.  

Según un informe de la  Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Ayuda Humanitaria (OCHA) , existen 800.000 personas en  situación de inseguridad alimentaria. La asistencia provista por República Dominicana  y EEUU (mediante la USAID), se desarrolla con numerosos problemas de organización y condescendiente a los intereses de dichos países en Haití. 

La entrega de alimentos,  para la que no se articula con organizaciones sociales, se realiza sólo en ciudades y rutas principales. Al no vincularse con organizaciones de base, la ayuda humanitaria utiliza a la MINUSTAH y la Policía Nacional Haitiana para sus incursiones en los territorios. En este contexto,  debe comprendrese, por ejemplo, el asesinato de  dos jóvenes en Les Cayes (Sur) y Damme Marie (Grand Anse), además de numerosos heridos . Desde el Tribunal Popular contra la Dominación y Ocupación se condenó la militarización de la Ayuda Humanitaria en Haití.  


Foto: Todd Huffman

“Haití abierto a los negocios” 


Michel Martelly se consagró presidente de Haití en 2011  y, al igual que el recientemente electo Moises, arribó al poder envuelto en acusaciones de fraude electoral. En aquella oportunidad fue la Organización de Estados Americanos (OEA) quien intervino en la vida institucional haitiana y cumplió un papel decisivo en la perfomance de Martelly durante la segunda ronda de los comicios.  En sus cinco años de gestión, el gobierno de Martelly no llevó adelante elecciones (municipales, provinciales y/o nacionales) previamente pautadas por el calendario electoral, lo que derivó en que, al promediar el 2015, solo una ínfima parte de los políticos en funciones estuviera respaldado por el voto ciudadano.  

Martelly impulsó el “Haití abierto a los negocios”, que desarrolló zonas francas agrícolas, industriales y turísticas, vinculadas sobre todo  a capitales extranjeros. En materia de políticas sociales,  llevó adelante el EdePep (restaurantes comunitarios) y Lekol Gratis (escuelas gratis). Esta última favoreció la multiplicación de instituciones educativas privadas, que se aseguraron laxos controles de calidad y se constituyeron en el principal argumento para justificar un nuevo desfinanciamiento de la educación pública. 

Por otra parte, en  2016 y mediante un decreto presidencial, Martelly convirtió a  la isla La Gonaves en un centro financiero internacional con capacidad para realizar  transacciones similares a la de paraísos fiscales. Por otra parte, desde julio de 2014 miles de personas se movilizaron para exigir procesos electorales transparentes y sin injerencia extranjera. Las movilizaciones consiguieron suspender la elección parlamentaria impulsada por Martelly, a la que interpretaban sólo como una estrategia de legitimación por parte del gobierno, y obligaron a convocar a elecciones en  todos los niveles durante 2015. El gobierno llevó adelante los comicios exigidos pero, ante nuevas evidencias de irregularidades, manifestantes retomaron las calles y bloquearon nuevamente los procesos electorales. Finalmente, la ola de movilizaciones y descontento social, sumado al interés de sectores políticos opositores,  lograron impulsar un acuerdo (con participación de OEA y CELAC)    donde Martelly se comprometia a abandonar el poder el 7 de febrero 2016. Una semana después la Asamblea Nacional eligió como jefe de Estado interino a Jocelerme Privert, quien hasta entonces se desempeñaba como presidente del senado haitiano.  


Moises, el sucesor de Privert

A Jovenel Moises  se lo apoda “Neg Bannan” por dirigir un programa de producción de bananas orgánicas que se exportan a Alemania. Uno de los costos del desarrollo de dicho monocultivo fue el desalojo de un centenar de familias campesinas en la localidad de Limonade. 

El plan de gobierno de Moises retomará  el proyecto “Haití Abierto a los Negocios”,  que el ex presidente Martelly no pudo concluir. Para ello Moises cuenta con algunas ventajas respecto de su predecesor. El partido PHTK cuenta con una base social que antes no poseía  y, en las últimas elecciones, alcanzó la mayoría simple en la Cámara Diputados. Además, Verite , que hegemoniza la cámara de Senadores, mantiene una alianza con PHTK por lo que resulta factible un apoyo parlamentario a las medidas de Moises,  sobretodo en materia económica donde  los partidos mayoritarios mantienen  un gran consenso.   

Asimismo, la  alianza con el sector empresario haitiano, a quien para mayor precisión se la podría caracterizar como “oligarquía importadora”, parece más sólida y explicita que en los tiempos de Martelly. Al menos así lo expresó el conjunto del arco empresarial durante la campaña y luego de publicados los resultados, con declaraciones públicas en favor de Moises.  

Por último, resta señalar que el panorama para movimientos sociales y fuerzas políticas de izquierda será de franca resistencia. Una de las claves del conflicto social pasará  por el control del territorio, en tanto que el acaparamiento de tierras y posterior emplazamiento de actividades productivas ligadas a capitales transnacionales, constituyen uno de los pilares del proyecto capitalista en Haití. Se prevé que las clases dominantes pugnen por la creación de un cuadro legal e institucional que favorezca la titularización de tierras como primer paso hacia su mercantilización. También, en dicho contexto, debe entenderse el empobrecimiento de las familias campesinas, sobre las que se descargan abultados impuestos, muchas veces imposibles de pagar,  en concepto de “tenencia de las tierras”. 


Edición y corrección: Cristian Ariel Peña

Franco Villalba
aktivist i bevegelsen Patria Grande og medlem i Brigada Internacionalista de Solidaridad Dessalines.